jueves, 14 de marzo de 2013
ESCULTURA DE JAPÓN
Del período Jōmon, cerca del siglo VII a. C., junto con la cerámica se han encontrado pequeñas estatuas religiosas o funerarias con decoración geométrica y posteriormente hacia finales del siglo III en unas tumbas del período Yayoi unos ídolos de terracota en forma de animal llamados haniwa. Fue en el periodo Asuka y con la llegada del budismo que la escultura alcanzó una gran importancia, fue cuando el escultor Kuratsukuri Tori, de ascendencia china, entró al servicio del emperador. Otros escultores aportaron influencias coreanas y todos trabajaron con el bronce, madera y terracota en imágenes de Buda, que en Japón adquiere nombres propios como el de Maitreya. En el período Nara cambió poco la escultura, la madera se trató con laca y yeso policromado. En el siglo XI, durante el período Kamakura, el escultor Jochi consiguió un gran renombre y tuvo numerosos discípulos, que formaron talleres donde realizaban divinidades con aspecto terrible, con el fin de asustar a las fuerzas maléficas.
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