jueves, 14 de marzo de 2013

ESCULTURA DE LA EDAD MEDIA


Las obras escultóricas más destacadas del Imperio Bizantino son los trabajos ornamentales de los capitels; hay buenos ejemplos en San Vital de Rávena. Eran habituales los relieves en marfil aplicados en cofres, dípticos o la célebre Cátedra del obispo Maximiliano, una obra tallada hacia el año 550. Es característico de la arte otoniano las pequeñas esculturas en marfil y bronce a las que se añadían incrustaciones de piedras preciosas. También de bronce son las puertas de la iglesia de San Miguel de Hildesheim, una obra emparentada con el arte bizantino y el arte carolingio. Cabe destacar las imágenes de madera recubiertas de oro que se utilizaban como relicario. Entre estas, destaca el Crucifijo de Gero (siglo X), en madera policromada, que se encuentra en la catedral de Colonia.

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